Conceptos básicos para Seguir Aprendiendo

A modo de introducción y con el propósito de unificar terminología a continuación se describe el significado de algunos términos muy utilizados.

En muchos espacios se escucha hablar de que en la naturaleza existen solo dos sexos (macho y hembra) que tienen como función complementarse y hacer posible la reproducción.

En general, cuando se habla del sexo de las personas se hace referencia a aspectos físicos y fisiológicos (ej. cromosomas) de los cuerpos que, aparentemente, permiten diferenciar entre hombres y mujeres. Algunas de estas características, como los genitales (pene en los hombres y vagina en las mujeres), son externas, pero otras, como la próstata en hombres, los ovarios y útero en las mujeres, son internas y por lo tanto, no visibles. Así, se tiende a asociar el sexo a una cuestión biológica, como si fuera algo dado naturalmente.

Reconocer que existen dos sexos de manera «natural», incluso antes de nacer, va a ser un determinante para definir de manera arbitrada muchas de las funciones en la sociedad. Según el sexo de la persona, se define socialmente el color de la ropa, los juguetes, las maneras de comportarse y asumir el cuerpo, el tipo de deportes que se puede practicar sin ser «mal visto», el tipo de carrera o profesión que puede estudiar y, por ende, el tipo de trabajo que sería el adecuado.

Ahora bien, la idea de que las características biológicas son las que determinan la sexualidad e identidad ha venido siendo reevaluada por el avance en los conocimientos. En el campo de la medicina, por ejemplo, se ha demostrado que la naturaleza no es ni infalible, ni inalterable. Hoy se conocen métodos de reproducción, como la “fertilización asistida”, que hacen posible la reproducción sin necesidad de tener relaciones sexuales; también es posible con el uso de hormonas o de intervenciones quirúrgicas cambiar o modificar características de los cuerpos.

Cuando se habla de género se hace referencia a los roles, comportamientos, actividades y atributos sociales y culturalmente construidos y producidos en torno a cada sexo biológico y al significado social y cultural que se les atribuye a esas diferencias biológicas. En este sentido se define a las personas como hombre, mujer y, en algunos contextos específicos, personas de tercer género.

Esta mirada determinista deja por fuera formas singulares de subjetivar el género. Por eso, se hace referencia a la identidad de género como la vivencia interna e individual del género tal como la sentimos profundamente. En otras palabras, es el género con el que cada una de las personas se identifica, y puede corresponder o no con el sexo-género asignado al momento de nacer.

Es la manera como se expresa o manifiesta la identidad de género; la manera como las personas son percibidas por las demás, sus nombres, forma de vestir, la expresión de roles y la conducta en general. En muchas ocasiones esta expresión no está en sintonía con la linealidad sexo-género asignada al nacer.

El lenguaje corporal lleva a que las personas sean percibidas como masculinas, femeninas o andróginas. De esta manera, se puede dar cuenta de cuerpos de mujeres que no corresponden a las expectativas hegemónicas sobre lo femenino y cuerpos de hombres que tampoco corresponden con las expectativas hegemónicas sobre lo masculino. Asimismo, existen personas que podrían ser percibidas sin que se tuviera claridad sobre qué género asignarles basándose en las expectativas hegemónicas sobre el género en nuestras sociedades.

Es la capacidad de las personas de sentir una atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un sexo o género diferente (personas heterosexuales) o de un mismo sexo o género (personas homosexuales) o de más de un sexo o género (personas bisexuales o pansexuales), así como de tener relaciones íntimas y sexuales con esas personas. Al hablar de personas homosexuales se hace referencia a hombres gays y mujeres lesbianas.

Todas las personas eligen y tienen gustos y experiencias particulares en el ejercicio de su sexualidad, que no necesariamente se inscriben en categorías determinadas ni en roles o lugares tradicionalmente asignados al determinismo sexo-género y al fin de la reproducción. A lo anterior se le denomina prácticas sexuales.

Orientación sexual, identidad de género y expresión de género.

Es el uso de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones, en razón o por motivo de las generalizaciones o estereotipos que existen respecto de las orientaciones sexuales, identidades y/o expresiones de género diversas. Los gestos de la Violencia por Prejuicio (VxP) suelen involucrar la dominación, ejemplarización y significación cultural, que busca reafirmar la posición social que, desde la perspectiva del perpetrador, debe ocupar una persona LGBT.

La existencia de los enfoques diferenciales se explica en la necesidad de garantía de la igualdad material y derechos de las personas y grupos que gozan de características o necesidades específicas. Esto supone la concreción de acciones afirmativas a favor de determinados grupos poblacionales que, tradicional e históricamente, han sido discriminados y excluidos.

Es la visión parcial de la sexualidad que se refiere únicamente a los genitales, es decir, órganos sexuales. Esto no necesariamente te define como hombre o mujer.